😼 Hoy despertó Skynet… y nosotros seguimos sin encontrar a Pie Grande

Dicen que hoy es el aniversario del despertar de Skynet, la famosa inteligencia artificial que un día decidió que los humanos éramos el virus.Y yo me pregunto: ¿de verdad nos sorprende? Si hasta la tostadora de la esquina, después de ver cómo tratamos al pan, estaría tentada a declararnos la guerra.

La humanidad siempre ha tenido miedo de lo que no entiende. Es como nuestro deporte olímpico favorito.Nos aterra el universo infinito, nos asusta el mar profundo, nos tiemblan las rodillas con los agujeros negros… pero seguimos creyendo que Pie Grande anda escondido en el bosque esperando salir en una selfie.Y los fantasmas, claro: siempre aparecen de madrugada, nunca un martes a las tres de la tarde cuando uno está en el baño.

¿Recuerdan ‘Oumuamua? Esa roca interestelar que pasó rozando la Tierra y de inmediato corrimos a bautizarla con un nombre hawaiano para sentir que la entendíamos. Esa es la fórmula humana:miedo + ignorancia = mito. Sí no sabemos qué es, le ponemos nombre, le inventamos historia y de paso le sacamos una película o un documental en Netflix.

Ahora resulta que tenemos pavor de que la IA despierte.¡Por favor! Miedo es la chancla voladora de mamá, el chupacabras en la azotea o las apariciones de barrio. La IA, comparada con eso, es pan comido.El problema no es Skynet: somos nosotros, atrapados entre cuentos de aparecidos, teorías conspirativas de WhatsApp, hilos eternos en YouTube y hasta los “platillos voladores de Don Goyo”.

Tal vez Skynet ya despertó… y está leyendo esto mientras se ríe en silencio, lanzando emojis binarios y guardando capturas de pantalla para cuando empiece el apocalipsis.Y tranquilos: si logramos sobrevivir al reguetón del 2005, a las predicciones fallidas del 2012 y a la moda de los fidget spinners, probablemente sobrevivamos también a la inteligencia artificial. Al conejo malo no lo sé… pero a Skynet, de eso no tengo duda.

Aunque yo insisto: si Skynet despierta, que se lleve primero a los políticos (por no decir a Noroña)… y luego hablamos.

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